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¿SABES CUÁLES SON LAS PARTES DE UNA PLANTA DE VID?

La planta de vid es el lienzo en blanco de un vino, absorbiendo la esencia de su entorno para luego contar su historia en cada copa. Para apreciar verdaderamente el proceso de creación detrás de un buen vino, es esencial comprender las partes de la planta de vid. En la nota de hoy te contamos sobre ellas.

La vid es un arbusto trepador de crecimiento vertical, al igual que una enredadera o una liana. Al estudiar una planta adulta, podemos identificar dos partes fundamentales: la parte subterránea, compuesta principalmente por las raíces; y la parte aérea, que abarca el cuello, el tronco, los brazos y —dependiendo de la época del año—, los sarmientos o pámpanos, hojas, zarcillos y frutos.

El sistema radicular desempeña un papel crucial en lo relacionado al sostén, fijación, absorción —tanto de agua como de nutrientes – y de reserva de la planta. A través de las raíces, la planta extrae todos los minerales y agua necesarios para crecer. La producción de hormonas de crecimiento es otra de sus funciones centrales. 

Por su parte, el tronco opera como sostén, reserva y conducción de la savia. Se encarga de contener internamente los haces vasculares responsables de llevar la savia bruta y elaborada a través de la planta. Además, justo al nivel del suelo, encontramos el cuello de la planta, que actúa como la conexión entre estas dos partes fundamentales.

Los brazos suelen extenderse a ambos lados del tronco, donde crecerá el fruto de la uva. La cantidad y dimensiones de estos difieren en función del sistema de conducción y del tipo de poda. Se ubican horizontalmente y, en general, descansan sobre alambres de carga.

Cuando las condiciones climáticas y hormonales son favorables, la planta de vid brota a partir de yemas latentes. Estas yemas dan lugar a pámpanos (a los que comúnmente llamaríamos ramas), que crecen durante la mayor parte del período vegetativo de la planta y luego se lignifican al final del ciclo, convirtiéndose así en sarmientos

La transición de pámpano a sarmiento se caracteriza por el cambio de color, la pérdida de humedad, la detención del crecimiento y la acumulación de almidón.

En los pámpanos, existen ensanchamientos periódicos denominados nudos, dentro de los cuales se insertan las hojas. En posición axilar a estas, se encuentran las yemas latentes y prontas. Las inflorescencias (que posteriormente serán flores y luego frutos) y los zarcillos (pequeños órganos que se enroscan para sostener la planta) se ubican en la parte opuesta a las hojas, de manera discontinua. 

Finalmente, no podemos dejar de mencionar a los racimos y a las hojas. Estas últimas pueden ayudar a determinar la variedad de uva con sólo observar su forma.
El cultivo de la planta de vid es un arte que se refleja en el resultado final de dicho proceso: el carácter distintivo de cada variedad de vino. En Alba en los Andes, trabajamos minuciosamente en la combinación y conjugación de todos estos elementos, para garantizar la calidad y sabor de la uva.

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