Hace algunos años el vino formaba parte de la mesa familiar de todos los días, hoy en día la puerta de entrada a esta bebida suele estar relacionada con una experiencia. Seguí estos consejos para saber cuáles son las mejores opciones para que la disfrutes al máximo.
En términos estadísticos, son los jóvenes quiénes mayoritariamente ingresan al mundo del vino. Jóvenes cuyo paladar está más relacionado con las bebidas dulces y por lo cual se puede pensar que un buen portal de entrada es a través de los tipos gasificados y con azúcar. Nuestro enólogo Bernardo Bossi Bonilla afirma que “puede ser muy intenso para los principiantes comenzar a beber a través de un vino de guarda con mucho cuerpo y estructura”.
La primera cita
Lo ideal es comenzar por vinos suaves y que no sean muy agresivos. Para esto suelen ser una buena opción los blancos y rosados que, además, se toman frescos.
Pero antes de eso, hay que desterrar el mito de que se necesita ser un experto en el tema para empezar a beber vino. “Si tenemos que dedicar tan sólo un minuto para pensar un vino, algo anda mal”, dice Bossi Bonilla. El vino, no se racionaliza, por el contrario, se somete a los sentidos. “Gusta o no gusta; no hay que entenderlo”, aclara. Y si es que nos sentimos ante la necesidad de adquirir algún conocimiento en relación a nuestra bebida es solamente para incorporar herramientas que potencien la experiencia de consumo.
Sistematizar el consumo
Si el paladar es virgen de este tipo de bebidas, el primer acercamiento puede resultar extraño. Por eso, la recomendación es comenzar con varietales blancos, espumosos y dulces. Luego, como todo hábito, habrá que sistematizarlo. Muchas veces se atribuye la baja en el consumo per cápita de vino a la entrada en los hogares de la cerveza suponiendo que de allí parte la dificultad en el acostumbramiento a una nueva bebida alcohólica.
“El paladar antes se acostumbraba más rápido porque en cada mesa había vino y agua, hoy eso fue reemplazado por las gaseosas y entonces, a medida que crecemos con ese consumo y nos hacemos más grandes, la experiencia puede ser abrupta.”
Bernardo Bossi Bonilla, enólogo Alba en los Andes
Pero no es una misión imposible y el paladar puede ser reeducado.
Cómo maridar las primeras experiencias
Para complementar esas primeras sensaciones del vino en boca, hay alimentos que pueden acompañar de manera amigable la experiencia. Si elegimos un vino dulce, lo ideal es maridarlo con un postre. Nuestro Chardonnay es ideal, ya que aporta un sabor frutado en boca. Tanto para el vino blanco como para el tinto lo ideal es tratar que los alimentos no sean antagónicos, Bossi Bonilla propone “acompañar un asado con un tinto no muy corpulento o también con unas empanadas de carne”.
Recordá que solo o acompañado, siempre estás a tiempo porque no hay edad ni ocasión para empezar a tomar vino. Date la oportunidad de que tu copa y vos puedan crear un momento memorable.