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¿Querés saber por qué la producción nacional de vinos forma parte de ese grupo? Te lo contamos en esta nota.

Nuestro país estuvo históricamente asociado a los vinos del nuevo mundo básicamente por una cuestión geográfica y comparte la clasificación con California, Sudáfrica, Australia y Chile.

Ahora bien, ¿cuáles son las diferencias de los vinos del Nuevo y del Viejo Mundo? Al referirnos a los vinos del viejo mundo pensamos en Francia, España e Italia. Esta clasificación se hizo a priori por una cuestión estilística.

Al pensar en vinos del Viejo Mundo, pensamos en Francia, España e Italia.

“Los vinos de Europa, por su clima, necesitaban mucho tiempo de guarda antes de salir al mercado para que fueran más amables. En algunos casos la guarda podía extenderse durante 5 años”

Bernardo Bossi Bonilla, enólogo Alba en los Andes.

Los vinos del viejo mundo estaban, entonces, supeditados por sus condiciones organolépticas, propias del vino de guarda. “A priori, la diferenciación establecía que los vinos del nuevo mundo eran frutados y frescos frente a los vinos del viejo mundo los cuáles tenían más tiempo de guarda y sabor a madera”, señala. 

Si bien los grandes y tradicionales Chateaux franceses continúan haciendo el vino de la misma manera desde hace 5 siglos, el avance de la ciencia y del conocimiento, aplicados a la industria, llevó a que Europa mostrara cierta evolución y comenzara a explorar nuevas regiones en pos de conseguir vinos frescos. 

Hoy, el avance de la ciencia y el conocimiento permite evolucionar a la hora de elaborar vinos.

Pero, ¿podría suceder al revés? ¿En algún momento los vinos argentinos pueden llegar a ser como los del Viejo Mundo? De acuerdo a nuestro enólogo, Argentina no está buscando esto porque “es algo que quedó demodé. Hoy se destaca el terroir que tenés y salir a mostrarlo al mundo. Argentina tiene un nombre en el mundo, pone en valor los vinos extremos, de altura, a 2.500 metros a nivel del mar; vinos Cabernet sin influencia oceánica a diferencia del vino francés cuyo terroir sí tiene influencia de la bruma marina”.

Estados Unidos, pero sobre todo Argentina, forman parte de la gran masa del Nuevo Mundo. El consumidor de vino es curioso y quiere explorar cosas nuevas. Las vinotecas saben esto y por eso los store o retailers posicionan vinos del nuevo mundo y eso no hace más que enriquecer los horizontes de la vitivinicultura. Se rompieron los límites: el buen vino no es sólo el de Borgoña o el de La Rioja Española. Los vinos argentinos han sido puestos sobre la mesa como unos de los más destacados del mundo.  

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