El sector vitivinícola es muy dinámico, todo el tiempo está en constante evolución y adaptándose a las nuevas tendencias que surgen en los distintos mercados. Seguramente algunas de ellas lograrán hacerse un espacio e instalarse para siempre en la industria del vino, y otras, quizás, no sean más que una moda pasajera.
De lo que sí estamos seguros es que los consumidores actuales le dan más valor a la experiencia que al propio producto. Se han vuelto más curiosos, les interesa conocer todo el proceso de elaboración, el compromiso con el medio ambiente, el capital humano que está detrás de cada botella y qué les aporta de diferente cada marca. Y las tendencias de la industria del vino van hacia ese lado.
Bodegas sustentables
La importancia del cuidado de la salud y del medio ambiente, así como la sostenibilidad, han cobrado más fuerza en los consumidores después de la pandemia. Actualmente se advierte cada vez más una clara tendencia a nivel mundial que se encamina hacia esos aspectos.
Muchos consumidores se vuelcan únicamente hacia aquellos productos que son amigables con el medio ambiente y la industria del vino tomó nota de eso. Así surgió la vitivinicultura sustentable, cuyo principal objetivo es armonizar la actividad con el medio ambiente.
La nueva generación de consumidores cada vez busca más vinos elaborados con uvas orgánicas. ¿Qué significa esto? Que no está tratada con agroquímicos ni pesticidas. La mayor problemática en la uva son las enfermedades de origen fúngico, o sea, hongos asociados con humedad. En Mendoza la humedad relativa es muy baja, por sus características desérticas lo que colabora con tener buenas prácticas agronómicas y tender a prácticas sustentables.
Vinos en nuevos formatos
El vino en lata llevaba algún tiempo tratando de hacerse un lugar entre los consumidores y la pandemia le dio el empujón que le faltaba. Este nuevo formato es una atracción para el público joven, quien hace unos años optaba por otras bebidas y hoy incursiona cada vez más en el mundo del vino.
Varios son los factores que impulsan esta tendencia: son fáciles de transportar y de abrir, las latas son sustentables, sumado a que tienen un packaging muy fresco y llamativo. Además, trajo nuevos hábitos de consumo ya que es posible tomar vino en situaciones que antes eran impensadas.
Los rosados pisan fuerte
La categoría de vinos rosados está en ascenso en el mundo y se la asocia con el sur de Francia ya que son los mayores especialistas en el tema. Pero Argentina no se queda atrás. Hoy se están haciendo vinos cada vez más ricos y están en auge los rosados tenues que son asimilables con los de dicho país europeo.
Esta tendencia está muy relacionada al verano porque son vinos más frescos. Por eso, ahora que comienzan las altas temperaturas, los rosados ocupan un lugar más importante en la góndola. Y esto es algo que hace años no pasaba porque eran un subproducto de los tintos, no estaban diagramados ni tenían una génesis. Hoy estos vinos se hacen pensando en la uva porque adquirieron un valor por sí mismos.
El futuro del vino en Argentina
Bernardo Bossi Bonilla, nuestro enólogo, sostiene que hay que seguir apostando al Malbec porque “es nuestra variedad emblemática y la gente nos asocia con eso”, y cree que el futuro de esta cepa se vislumbra muy prometedor.
“Hoy estamos experimentando como sector productivo con Malbec con influencia oceánica, tenemos Malbec de altura y cuestiones extremas al sur, lo que le da al consumidor más opciones”
Añade Bossi Bonilla
En la misma línea, el futuro del Cabernet Franc del Valle de Uco es muy promisorio. Finalmente, apostar por una identidad bien consolidada de la marca país es central para continuar posicionándonos en el mundo. Si bien es cierto que ese camino ya lo estamos transitando, es necesario continuarlo con intensidad para afianzarlo y obtener resultados positivos en ciclos continuos.