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Hoy te contamos sobre la enología sensorial al momento de definir el punto de cosecha de la vid y de la importancia del enólogo en la elaboración del vino.

El enólogo es el profesional encargado de diseñar el vino para ofrecer un producto de calidad al consumidor. Con ese objetivo toma las decisiones necesarias en la elaboración y supervisa todas las etapas del proceso. Para ello se basa en una serie de conocimientos técnicos, agrícolas, bioquímicos, matemáticos, genéticos y de los mercados consumidores.

Una de las tareas más importantes del enólogo es definir el punto de cosecha junto con los ingenieros agrónomos. Esto se realiza básicamente a través de la enología química (extrayendo muestras donde se evalúan propiedades como el azúcar, pH, acidez, etc ) y de un método denominado enología sensitiva. Pero ¿de qué se trata esto último? 

La Vid, esencia y pasión del enólogo, de ella nace el arte del vino

Aquí entran en juego todos los sentidos del enólogo para evaluar el estado de cosecha más temprano. Se toma un racimo y se observa su color y su forma (es importante que sea homogéneo sin ningún signo de enfermedad en la planta). 

Luego, extrae la pulpa de una baya (que contiene agua, azúcar y ácido) y evalúa sus características. Allí también se observan las semillas y su grado de madurez. Por último, se realiza lo mismo con el hollejo; se evalúa si hay taninos, sus propiedades y si están maduros. Con los hollejos, determina que grado potencial de color puede llegar a obtener el vino. Es importante tener en cuenta que cada tipo de varietal tiene hollejos con características particulares. 

El enólogo, a través de sus sentidos y conocimientos, debe observar las características de la uva y tomar las decisiones, según el tipo de vino que se pretenda crear.

BERNARDO BOSSI BONILLA, ENÓLOGO DE ALBA EN LOS ANDES

Compartimos las opiniones de nuestro querido enólogo, Bernardo, para que nos cuente su experiencia en este rol tan importante del mundo del vino.

¿Dónde nació tu pasión por el vino y que te llevó a querer ser enólogo?

– No tengo ninguna historia familiar sobre el mundo del vino, ningún abuelo ni mi padre. Es una historia que tiene que ver con el misterio que me causa lo que sucede en los procesos de los quesos y del vino. Cuando descubrí estos mundos, comencé a tomar vino y a conectarme con mi padre a través de él. 

Paralelamente, apareció en Rosario el primer curso de sommelier. Lo hice (hasta entonces la información sobre el vino era muy limitada) y al interiorizarme en el tema, me enamoré. Mi profesor, Esteban Clarich, tras mis ganas e interés me invitó  a ir a Mendoza e inscribirme en la carrera de enología. Así lo hice.

¿Qué significa para vos ser enólogo?

-Ser enólogo, para mí, es mucho más que un trabajo. Es algo que elijo y disfruto cada día. Me encuentro a diario explotando mi lado creativo. Mi vida laboral carece de una rutina y eso lo hace aún más atractivo. Ser enólogo es investigar continuamente, nado las aguas del vino a través de la curiosidad. Es un misterio para mí.

¿Cuál es el diferencial de Alba en los Andes?

-Hace ya casi 10 años que trabajo junto a Alba en los Andes. Es increíble trabajar con las propias uvas, porque no hay nada mejor que hacer vinos con los propios viñedos. Hay un dicho que dice ‘’el vino nace en el viñedo’’ y así sucede en Alba en los Andes.

La finca está ubicada en un lugar realmente distinto, eso permite planear y sentir el vino, que luego se traduce en calidad.

Además, en Alba hay trabajo humano y profesional desde la uva a la botella. Un gran equipo que permite trabajar, crear y planear los vinos desde la finca hasta la elaboración final de un producto de calidad y excelencia para el disfrute del consumidor.

Desde Alba en los Andes, los invitamos a animarse y disfrutar de una copa de nuestros vinos para sumergirse en un mundo de nuevas sensaciones.

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