Es sabido que el Malbec es la cepa que predomina en nuestro país y la más elegida también en el resto del mundo. Pero en cada región del territorio argentino existen otras variedades de uvas que son importantes conocer para entender más sobre la infinidad de opciones y sabores que ofrece nuestra industria.
Históricamente, se ha considerado a Mendoza como el epicentro de la vitivinicultura argentina. Pero en los últimos años la actividad se ha extendido a lo largo y ancho del territorio, obteniéndose productos totalmente diferentes y de muy buena calidad, algo que contribuye enormemente a nuestra industria. Esto se debe a que las diferentes variedades tienen la capacidad de adaptarse a diversas situaciones, dependiendo del suelo, clima, altura, entre otros. Estos factores influyen directamente en el producto final.
“Cada variedad tiene un ciclo vegetativo bien determinado, por lo que hay que conocer muy bien todas estas variables para decidir qué variedad plantar en un terroir determinado”, explica Bernardo Bossi Bonilla, nuestro enólogo.
“Cuanto más adversas o extremas son las condiciones, la planta va a convivir con alguna situación de estrés, por lo que puede llegar a traducirse, bajo buenas prácticas agronómicas, en la obtención de productos de calidad”.
Bernardo Bossi Bonilla, enólogo Alba en los Andes.
Recientemente, el Instituto Nacional de Vitivinicultura publicó el “Informe Anual de Superficie de Vid en la Argentina de 2021” a partir del cual se obtiene un panorama sobre la industria. Los datos muestran que los varietales más cultivados en el país son Malbec (22%), Cereza (12%), Bonarda (8%), Cabernet Sauvignon (7%) y Criolla Grande (6%).
En la provincia de Mendoza predomina el Malbec, pero son vinos totalmente diferentes al resto de las latitudes.
Si uno se dirige hacia la zona de Valle de Uco, por ejemplo, se pueden observar emprendimientos que apuntan a la producción de vinos de calidad Premium y ultra Premium de esta cepa. Pero no sólo abunda el Malbec, nuestra provincia también posee la mayor superficie de plantaciones de Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc y Chardonnay, además de otras variedades en menor proporción.
En la región sur del país, que abarca las provincias de Río Negro, Neuquén, La Pampa y Chubut, los varietales que se están cultivando en mayores superficies son el Malbec, Merlot, Pinot Negro, Chardonnay y Syrah.
Si tienen la suerte de recorrer todas las regiones de nuestro país, se van a encontrar con distintas variedades de vinos, y en cada uno de ellos podrán degustar la impronta que le imprimen las características del terroir.
Tener un territorio tan amplio y diverso nos permite producir una inmensa variedad de sabores, y eso es lo que hace que nuestra industria resulte tan rica y atractiva para los consumidores propios y del resto del mundo.